14 Junio 2024
Es verdad que en la línea de tiempo en la acción del Espíritu Santo, la renovación y la vivencia de nuestra fe a la luz de la Revelación dada por Dios, es la manifestación plena, sacra, santa; que d a sentido a la búsqueda que de generación en generación hace real y muy actual la obra del Amor de Dios y que es Dios sobre la faz de la tierra.
Es por eso, que sólo por el Amor podrá realizarse toda Teología, toda gracia que dada de lo alto, se presenta anye el hombre para alimentar la fe y la memoria de todo creyente de buena voluntad.
En ese orden de ideas, ha sido Dios quien ha dado a la humanidad la devoción al Amor del corazón de Su Hijo y de la Santísima Madre para que nos acoja, nos bendiga, nos cuide y nos guíe hasta el final de nuestros tiempos.
La devoción al Sagrado Corazón y al Inmaculado Corazón de María, es la mainfestación del Amor exquisito de Dios para todo aquel que busque sumergirse no solo en los misterios de su redención, a su vez, invita a caminar en la profundidad de la realización que proviene del Padre para entender y acoger todo precepto Divino qe nos conlleve a nuestra realización a nuestra salvación.
Por esta devoción, deja como legado unas promesas a todo aquel que ESCUCHA, ENTIENDE, ATIENDE, OBEDECE Y OBRA según sus preceptos, según su Voluntad.
Es tal vez, de las devociones más antiguas de los cristiano católicos que se han manifestado en la historia de la iglesia. Todavía no existían los santos Sacramentos y los demás objetos de devoción, cuando la Santísima Virgen María encontró su deleite en adorar al Dulcísimo Corazón de su Jesús y San José estrechaba contra su pecho aquel Corazón que adoró y cuidó con la vida misma.
Luego los Pastores y los Magos, Simeón y Ana, los Apóstoles y los discípulos anhelaron mostrarle el afecto y el amor de sus corazones. Después Jesús llamó a todos los hombres a aprender, “que Él es manso y humilde de corazón”. Sacó de Su corazón el mejor de todos los dones, el Sacramento de la Santísima Eucaristía. Sobre la cruz, su Corazón se abrió brotando de él agua y sangre como obra de misericordia y piedad para nuestra purificación, refugio y salvación de todo aquel que acoja su llamado a convertirse y creer en todas las dimensiones de su realidad.
Finalmente se manifestaron todas las riquezas de Su Corazón y Él mismo reveló Su deseo de que la devoción a Su Corazón y de su Madre fueran de las más especiales, manejando los tiempos para su desarrollo para que tomara auge, en el momento en que Él sabía que la humanidad iba a ser surcada por el abandono de la fe y por los pecados más terribles.
Por eso, prometió que derramaría la abundancia de sus gracias sobre todos los que se consagraran a su Corazón y al Corazón de su Madre. Es decir, que en estos corazones unidos y entrelazados late un canto de amor para todos los seres humanos, del cual proviene toda dignidad y promoción santa para la realización de toda persona que busca la Verdad del don de su vida y su paso por la existencia de este mundo remoto.
Esta devoción es definitivamente la devoción del Amor, la expresión única y perfecta que puede iluminar la conciencia de todo hombre de buena voluntad, y unir en un mismo lenguaje a toda una comunidad, una sociedad; para hacer prevalecer los derechos fundamentales a la luz del evangelio y mitigar la frialdad con la que la cultura del mal persuade de manera pusilanime toda promoción Divina de justicia y de libertad.
Es una devoción que brota del Amor, el Amor se da como expresión genuina para el servicio y fin primordial de nuestra fragilidad. Pues sabiendo que somos seres finitos, encontramos toda bondad que fortalece wn el Espíritu Santo, todos los dones y carismas que se requieren para nuestra expresión radical y comprometida a la configuración con Dios vivo y toda su itinerancia para el último día de nuestro paso por esta tierra poder vencer a la muerte a las tinieblas.
En esta devoción encontramos también que es el Amor la fuente de todas las virtudes.
Podemos decir que el fin de esta devoción para la humanidad es de triple carácter por:
1. Por la retribución de aquel que por Amor sin límite, hizo que su propia vida dada en voluntad por el Padre, manifestara en su carne todo el sufrimiento dando la vida misma por nosotros. Y lo llevó a que nos concediera el más dulce y precioso de todos los dones, la redención que da sentido al Sacramento de la Eucaristía.
2. La reparación de todas las injurias que se han hecho y se hacen a Su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de su Madre. Es decir, Cristo pagó la deuda de Adán y de Eva; pagó con su sangre la deuda que de generación en generación se dió por las consecuencias de la concupiscencia de las acciones reveladas en la línea de tiempo; y hoy, las seducciones y tentaciones del mal siguen siendo con diferentes matices ideológico, inmoralidades y precariedades que degradan la promoción de todo hombre, la realidad de cómo el pecado continúa. Por eso, todo creyente debe unirse a esta Devoción en virtud de la reparación del don de su vida para desde allí ser constructor y miembro de la construcción del Reino de Dios, de la reparación de Cristo y ofrecer una constante vida de oración, de conversión y de configuración cristiana para que sus acciones sean consecuentes con las gracias recibidas. Es por eso que esta devoción nos ayuda a entrar en el amor reparador de Cristo desde lo más profundo de nuestro ser.
3. El seguimiento de Jesucristo es la garsntía de la realización del plan de Dios en la vids de todo hombre bautizado y que es inspirado de los mismos afectos y de los mismos sentimientos que animaron su Corazón a nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen María.
El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María arden con un poder incomprensible para crear el bien y destruir el mal. Es un antídoto letal contra el enemigo, quien trama y ha tramado metódicamente durante miles de años la destrucción del mandamiento por excelencia, auténtico y que da sentido a todo lo creado que es el Amor de las criaturas. Es por eso que durante las terribles tentaciones y los peores embates diabólicos, el Sagrado Corazón y el Inmaculafo Corazón son bálsamo y refugio de todo creyente que verdaderamente quiere cambiar, convertirse y configurarse con la Santísima Trinidad.
También y de manera especial en la Adoración al Santísimo Sacramento, podemos orar, escuchar, conversar, contemplar, sumergirnos, discernir y vivir la plenitud de la creación y toda gracia para proclamar la victoria de Cristo en medio de toda tribulación que se pueda presentar, se esta una prueba, un ataque demoniaco o algún tipo de circunstancia que quiera quitarnos la paz y la traquilidad dada por esta devoción en especial.
Nuestro corazón unido al corazón de Jesús y de María, se convierte en una fortaleza impenetrable. Los demonios pueden rodear la fortaleza pero nunca podrán entrar a menos que la concupiscencia de la carne, la tiranía de la desobediencia, y la rebeldía ocasionada por la justifiación y solapades de la mentira sea la expresión inexplicable de algún creyente que en tibieza considere vivir su mal llamao camino de fe.
Nuestro Señor se le apareció a Santa Gertrudis para revelarle a ella y al mundo el Amor Divino y humano de su Sagrado Corazón.
A Santa Margarita María le dio las promesas a los devotos de su Sagrado Corazón, y a través ella se realizó la gran difusión de esta devoción.
Y a la Beata María del Sagrado Corazón le pidió que gestionará la consagración ante el Papa.
La propuesta del Papa era que todas las personas del mundo, independientemente que fueran cristianas o no, fueran consagradas al Sagrado Corazón.
Cuatrocientos años antes de Santa Margarita María de Alacoque y 600 años antes de María del Sagrado Corazón, San Juan, el amadísimo Apóstol del Corazón de Jesús, se le apareció a Santa Gertrudis y juntos reclinaron la cabeza en el Corazón de Jesús. Y le fue dicho por el Señor que esta revelación era un secreto reservado para estos últimos tiempos del mundo, para que después de tanta ruina y desolación, las almas débiles y descorazonadas se preparasen para un siglo de consolación, en el que la fe se renovará, florecerá la piedad y se reavivará la caridad.
A Santa Margarita María de Alacoque, el Señor le reveló los admirables dones de Amor de su corazón en toda su profundidad, las extraordinarias gracias para su santidad, y la promesa de que los carismas sobrenaturales se extenderían a todos los devotos del Sagrado Corazón.
Pidamos hoy al buen Dios por medio de esta devoción, las gracias necesarias para nuestro camino de salvación, de perfección, de ser verdaderamente constructores del Reino de Dios desde nuestros corazones para darnos a los demás en ese Amor que es caridad, que es fe, que es esperanza y de donde proviene toda verdad, toda dignidad y todo valor axiológico para la salvación de la humanidad.
Amén !!!
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío !!!
Inmaculado Corazón de María, sé la salvación del alma mía !!!