En la Octava de la Virgen del Carmen, celebra el carmelo descalzo la memoria de María, la Madre de la Divina Gracia.
Es como un colofón a la novena, la solemnidad y la octava del Carmen.
El oficio propio recoge el texto de la "Lumen Gentium". Y está muy bien que esta memoria tenga un carácter teológico y espiritual, pero no entró al calendario carmelita por ello, sino por un hecho, imagen, milagros y promesa concretos.
Lamentablemente esta parte no se cuenta ni se propaga como devoción mariana propia, como propia por adopción es la devoción al Niño Jesús en su imagen de Praga.
El Concilio Vaticano II, en el capítulo referente a María en la Constitución sobre la Iglesia, dice así sobre esta advocación: “La Virgen María, concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo y presentándolo al Padre en el templo, padeciendo con su hijo mientras moría en la cruz, cooperó en forma incomparable en la obra de la Salvación con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad con el fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas.
Por esto es nuestra Madre en el orden de la Gracia”. (LG61).
Madre y Hermosura del Monte Carmelo,
Ruega por nosotros que recurrimos a vos !!!
Amén !!!